
Neuroalimentación en Navidad
¿Por qué no podemos decir no a los dulces a pesar de estar saciados?
Ha llegado la época navideña y con ella esas comilonas que nunca terminan. Y tras estas comidas abundantes, aparecen los caprichos y los “es una ocasión especial” que nos hacen siempre guardar ese pequeño espacio en nuestro estómago a pesar de estar completamente saciados.
Un poquito de turrón por aquí, un mantecado de almendra por allá, ese dulce al que no nos podemos resistir… Pero, si estamos tan llenos, ¿por qué no podemos decir que no a estos dulces y al postre?
¡Os lo contamos en el artículo de hoy!
Y es que la neurociencia nos habla sobre el efecto del segundo estómago. Nos referimos así al concepto de saciedad sensorial específica, que es lo que experimentamos cuando comemos un plato concreto hasta saciarnos. Se trata del acto de ingerir mayor cantidad de alimentos siempre que sus componentes tengan propiedades sensoriales distintas, es decir, a mayor variedad de alimentos, mayor ingesta. Y por el contrario, también explica por qué cuando comemos un solo tipo de alimento cada vez éste nos apetezca menos.
Cuando se come un alimento en concreto, no nos sabe ni apetece igual, llega un momento en que sentimos cierta inapetencia, y preferimos dejar de consumirlo de forma temporal a favor de otros alimentos durante la misma comida.
Nuestros sentidos nos dicen que ya no queremos comer más de ese alimento. Además de sentirnos saciados, también dejamos de comer por aburrimiento sensorial: el sabor de la comida que en un principio nos entusiasmó, terminará resultándonos repetitivo. Es entonces cuando optamos por la posibilidad de experimentar un nuevo sabor (el dulce), provocando que nuestro cerebro cree en nosotros esa necesidad por pedir postre. Y es este momento en el que aparece el «segundo estómago».
¿Quién es el encargado de regular nuestra sensación de hambre? El regulador homeostático (regulación del hambre y saciedad, por ejemplo) del organismo se encuentra principalmente en el hipotálamo. Aquí se reciben, coordinan y procesan las señales producidas por el sistema digestivo, el páncreas, el tejido adiposo y el sistema inmunitario. Las respuestas a estas señales las generan moléculas que, a su vez, interactúan entre sí provocando hambre o saciedad.
En general no comemos sólo cuando realmente nuestro cuerpo lo requiere o «nos lo pide», a menudo comemos en ausencia de hambre y a pesar de tener reservas de grasa abundantes. Nuestro organismo regula su balance energético mediante este modelo homeostático, de modo que “pide comida” sólo cuando lo necesita. Cuando se come sin verdadera necesidad es debido a la participación de factores cognitivos, de recompensa y emocionales, que se interpretaría como comer de forma «hedónica». Ambas vías, metabólica y hedónicas, interactúan entre ellas, afectando a nuestra conducta a la hora de ingerir los alimentos.
¿Qué tipo de alimentos son más saludables para nuestro cerebro?
¿Sabías que el cerebro representa tan solo el 2% de todos los órganos del cuerpo pero consume hasta el 30% de nuestras calorías diarias? Por lo tanto, necesita muchísima energía, pero de la buena.
En nuestro día a día e incluso durante estas fechas de comilonas interminables, donde hay un gran predominio de productos más calóricos, es importante que intentemos obtener proteínas de fuentes vegetales y pescado, y elijamos grasas saludables en lugar de grasas saturadas. ¿Y dónde las podemos encontrar? Principalmente en productos con omega 3 (se ha demostrado que repercute en beneficios como un menor deterioro cognitivo) como el pescado azul y el aceite de oliva.
Además, alimentos ricos en vitamina C, que según varios estudios se asocia con un mejor desempeño cognitivo debido a su función antioxidante y a que esta vitamina participa en la producción de los neurotransmisores (las encargadas de transmitir la información de una neurona a otra).
Y ahora… ¡es vuestro turno para crear estas navidades el menú perfecto que beneficie a vuestro cerebro! Esperamos que hayáis disfrutado este artículo tan acorde a las fechas en las que nos encontramos. ¿Os habéis sentido identificados? Ahora ya sabéis por qué no os podéis resistir a ese último trocito de turrón y por qué no podéis decir que no a un mantecado más.
Y por si os habéis quedado con ganas de saber más sobre este apasionante tema, compartimos con vosotros la entrevista a NeuroRachel el pasado sábado 25 de diciembre en Cadena 100 junto a Christian Gálvez y Víctor Parrado.
Para descubrir mucho más del apasionante mundo del neuromarketing os invitamos a descubrir la biblioteca personal de NeuroRachel. ¡Os esperamos!
marketing, navidad, neuroalimentacion, neurociencia, neuromarketing