Procesos intuitivos para emprender
Neuroemprendimiento. Parte III
¡Bienvenidos/as al último de mis artículos dentro de la serie sobre #neuroemprendimiento!
Juntos hemos descubierto cómo funciona el cerebro de un emprendedor, cuáles son sus conexiones neuronales, y algunas de sus cualidades más destacadas (¿son realmente más creativos que los demás?).
Pero, finalmente, como emprendedor… ¿qué es lo que te hace diferente?
A la hora de emprender es esencial la diferenciación. Un modo diferente de presentar un producto, de fabricarlo, de entregarlo, de elegir las materias primas, el target al que se dirige… ese valor diferencial se asienta en gran medida en la intuición de quien lo lidera. Y es que los procesos intuitivos poseen características específicas:
- Se establecen mayoritariamente en el inconsciente
- Se relacionan frecuentemente con conocimientos previos que permiten aumentar la eficacia a la hora de resolver problemas y en la toma de decisiones.
- Permiten aplicar en forma rápida un modo típico de actuación en un panorama concreto.
Nuestro cerebro está diseñado de tal forma que no tiene siempre las respuestas a todo aquello que se necesita en cada momento. La mayor parte del conocimiento está latente en procesos que se dan en el inconsciente. Por lo tanto, no sería positivo que, ante cada situación que se nos presenta en el trabajo o en cualquier otro ámbito de la vida cotidiana, nos obliguemos a seguir los «pasos formales» en la toma de decisiones: recordar experiencias pasadas, evaluarlas en el marco a resolver y finalmente definir alternativas para el problema actual.
Por ello, para optimizar sus procesos, nuestro cerebro utiliza atajos: ante una situación que identifica y reconoce, recupera la reacción más adecuada que recuerda y la propone sin dar razones ni explicaciones. Cuando está bien entrenado, mejora sustancialmente el desempeño y por tanto, la capacidad de respuesta.
¿Con esto qué quiero decir? Pues que la generación de nuevas ideas nace normalmente de una amplia base de conocimientos que «empapa» los circuitos cerebrales y que, por lo tanto, puede ser estimulada, entrenada y mejorada. Lo importante para conseguirlo es siempre interactuar con el ambiente, captar sus sutilezas, comprender las reacciones del mercado y de los clientes, y sobre todo…. inhibir nuestros automatismos de comportamiento ¡SALIENDO DE LA ZONA DE CONFORT!
Como os contaba en mi artículo sobre las características del emprendedor, existen cualidades que se pueden ejercitar para conseguir interiorizarlas en su máximo nivel. A continuación os desvelo las claves para descubrir cómo aplicarlo en vuestro día a día y en vuestros negocios. ¡Muy atentos!
¿Cómo podemos entrenar nuestro cerebro ante nuevos proyectos?
- Tener un objetivo claro y ser capaz de asumir riesgos económicos, del uso del tiempo, el desafío de ser innovador, no desatender la vida personal, y comprender que a mayor crecimiento, mayor tiempo y esfuerzo.
- Comprender desde el inicio el alto grado de compromiso que requerirá esta nueva etapa, tanto en energía mental como física.
- Mantener una actitud positiva siempre. Para conservarla, manejar la inteligencia emocional de los sentimientos que puedan aparecer en distintos momentos del proyecto.
- Reconocer las propias limitaciones. Rodearse de expertos que puedan colaborar y rellenar el hueco de esas carencias, aprendiendo así a delegar en ellos.
- No es solo idear, es hacer. La responsabilidad marca la diferencia, y hacer que las cosas sucedan es el paso que hará que evoluciones de idealista a emprendedor.
La garra, la potencia, la pasión, la intensidad que se ponen en el desarrollo del negocio son los valores que marcarán la diferencia entre ser un ejecutivo más, a convertirse en un verdadero emprendedor.
¿Qué te ha parecido el último artículo de mi serie sobre #neuroemprendimiento? Si tienes espíritu emprendedor y buscas lanzar tu marca pero no sabes qué enfoque seguir ni cómo optimizar tu comunicación para crear impacto en tu audiencia Llámame y te diré cómo comenzar. ¿Hablamos? Let’s rock your brand!
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